El renacimiento pictórico en la Nueva España, ofrece su primer gran momento en el grupo de artistas que se reunen alrededor del artista flamenco Simón Pereyns.
Pereyns fue llamado en Nueva España Perines, y llegó a México con el virrey don Gastón de Peralta en 1566. Nació en Amberes de donde se traslado a Lisboa por el año 1558. De allí pasó a Toledo y trabajó al lado de los más famosos pintores de su tiempo: Antonio Moro, Juan Fernández de Navarrete «el mudo», el divino Morales y Alonso Sánchez Coello.
Seis meses después de que Gastón de Peralta deja Nueva España, Pereyns es preso por el Santo Oficio de la Inquisición: sus delitos eran haber dicho que era mayor pecado tener amores con una casada que con una soltera; que el prefería pintar retratos y no santos; que era luterano, y que cuando se confesaba no tenía porque decir todos sus pecados. Después de soportar el tormento, el 4 de diciembre de 1568 se pronunció la sentencia en la que se le condenaba a pintar a su costa el retablo de Nuestra Señora de la Merced en la catedral vieja de México. La ligereza del carácter de Pereyns, hicieron que fuera denunciado tres veces más ante la Inquisición, pero el Santo Oficio no las tomó en cuenta. El artista se casó con Francisca de Medina. No se sabe la fecha de fallecimiento del artista, pero debió morir en la capital o en alguna ciudad importante del virreinato.
Pereyns realizó obras en gran cantidad pintó retablos para los templos franciscanos de Tepeaca, Huejotzingo y Tula, y para los agustinos de Míxquic, Ocuila y Malinalco. De él sólo se conservan un San Cristóbal fechado en 1588, en la catedral de México, y las pinturas del retablo de Huejotzingo con fecha de 1586.
Arte Colonial en México, Manuel Toussaint, UNAM, 1962, p. 41,43,46,47,67,68,69,71,79,81,119,132,255